Materiales rústicos, volúmenes puros y mucha luz definen al racionalismo, un estilo arquitectónico con influencia en el interiorismo que nació en las primeras tres décadas del siglo XX
materiales
el acero
el hormigón
el vidrio
De esta forma, el uso de líneas puras, la extrema sencillez de los detalles y la ausencia de objetos decorativos sin funcionalidad concreta caracterizan al racionalismo.
Las estructuras metálicas cumplen con las mismas funciones que las de hormigón. Por eso, su diseño debe estar pensado para que resistan acciones verticales y horizontales.
Cuando las estructuras sean de nudos rígidos, cosa que no es muy usual, las soluciones generales para que soporten cargas horizontales, serán iguales que para esquemas de hormigón armado.
Ahora, si hablamos de estructuras articuladas, como suelen ser las estructuras de acero, es imprescindible hacerlas más rígidas mediante triangulaciones o añadiendo pantallas adicionales.
El hormigón, también denominado concreto en algunos países de Iberoamérica, es el material resultante de la mezcla de cemento (u otro conglomerante) con áridos (grava, gravilla y arena) y agua. La mezcla de cemento con arena y agua se denomina mortero.
La principal característica estructural del hormigón es que resiste muy bien los esfuerzos de compresión, pero no tiene buen comportamiento frente a otros tipos de esfuerzos (tracción, flexión, cortante, etc.), por este motivo es habitual usarlo asociado al acero, recibiendo el nombre de hormigón armado, comportándose el conjunto muy favorablemente ante las diversas solicitaciones.
La técnica constructiva del hormigón armado consiste en la utilización de hormigón reforzado con barras o mallas de acero, llamadas armaduras.
El vidrio es un material inorgánico duro, frágil, transparente y amorfo que se usa para hacer ventanas, lentes, botellas y una gran variedad de productos.